Mi buen amigo Carlos Jiménez, con el que he desayunado mas de una vez, comienza su mañana con uno o dos vasos de agua. Él dice “Para desatascar”, después coge una piecita de fruta, unos cereales, leche, quizás un yogurt; mientras ojea el periódico y lanza un nuevo dogma “Hay que estar informado”. Sus hábitos saludables y su inconfundible afición docente no consiguieron nunca, en nuestras estancias quincenales veraniegas en GUIA1, modificar mis hábitos insalubres propio de un señor de los 80.
Café con leche cargado de azúcar y a la par un cigarrillo, sentado en el sofá me mantengo “informado” con el telediario mañanero. Execrable costumbre matutina adquirida por mimética paterna, que curiosamente “desatasca” mediante movimientos peristálticos mi consabida e ineludible deposición matutina.

1. Fiesta cultural que de todas todas echaré de menos.