ME GUSTA EL VINO
No le gusta el vinagre. Es algo que nunca entenderé.
El acido acético a mi me resulta agradable, incluso inspirador. Recuerdo que cuando era pequeño solía degustar a cucharadas el buen vinagre de vino. Y qué decir de su utilización en el aderezo de ensaladas, sin él el aceite se queda cojo (también hay que echarle al mojo). Formando junto a la sal una mixtura irresistible, que a falta de pan se debe ingerir a cuchara.
Pero a ella no le gusta el vinagre. Le pregunté si le gustaba al menos el de Módena pues mantuvo cierta relación con Italia. Pero olvidé su escueta respuesta. Logro vislumbrar vagamente en mi maltrecha memoria que en pequeñas dosis.
Lamentablemente a mí me gusta el vino y el vinagre aunque me acostumbraría a sosas ensaladas.
-reciclar textos es efectivo.