Dejar de trabajar un tiempo, como un escolar... vacaciones de navidad. Me dejo empezado este 200 x 126 cm.

Cuando un crítico te llama MARICÓN, te recorre una sensación extraña el espinazo. Como lo habrá descubierto? Yo creía que pintaba gente dándose de ostias y resulta que realmente era mi mente homosexual la que creaba escenarios para la sodomía.

Gracias por enseñarme el camino del “club del pepino”.


P.D: ¿Se ha equivocado en el nombre del cuadro? ¿O se ha equivocado con mi nombre? El cuadro se llamaba “34- Te he pillado nihilista”… de Nietzsche a la homosexualidad solo hay un paso…

Con patinete,

juegan en aquel parque,

sangre en el suelo.

(*) incipiente primavera...

Las holgas de Casanova. Presas de un aparente arrebato analógico, las cámaras de juguete de Alejandro Casanova son imprecisas. La luz se nos cuela por todos los lados. La emulsión sensible es más que sensible y peligra su integridad por décimas del segundo (¡"por dios, cierren ya ese diafragma, que hay corriente!"). Las panorámicas se superponen y montan su especial "cientochentista" collage de raspaduras y polvo (que don Potochop sabría curar). Subimos a la azotea y oteamos el paisaje. No hay más: bidones de agua y antenas de televisión... Los acres tonos de las hojas, en los momentos perdidos del bosque, son para un verdadero rescate arqueológico de las transparencias, que aún huelen a revelador, y se dejan refotografiar para ser recibidas en su nueva casita digital.